jueves, 27 de mayo de 2010

Coloquio Nacional de Escritores Amado Nervo

El Coloquio Nacional de Escritores, Letras del Pacífico: Amado Nervo se realizó en la ciudad de Tepic, Nayarit los días 24, 25 y 26 de Mayo. Este año convocaron al tema Letras Sublevadas por lo que nos solicitaron realizar algo de obra al respecto, podía ser poesía, narrativa o ensayo.
Relataré un poco lo que sucedió.
El primer día, lunes 24 por la mañana, atendimos la Cátedra Nacional Amado Nervo, impartida por la escritora Carmen Boullosa en la que expuso la vida del poeta nayarita, reforzándola con las historias y coincidencias con el pintor mexicano Julio Ruelas y la poeta uruguaya Delmira Agustini, en una especie de triángulo funambulesco. Tras la comida visitamos la cantina tradicional Alica, donde estuvimos un par de horas. Por la tarde hicimos lectura de obra personal afuera del museo Amado Nervo, sobre la calle y las banquetas, a la vera de los transeúntes. Al terminar las lecturas, se presentó el grupo "La Tregua", liderado por el buen Rodolfo Dagnino; concepto que empata la música con la poesía de grandes autores en una forma suprema y exquisita. Al finalizar el brindis nos fuimos a un estudio que solía ser una funeraria, donde ensayan unos chavos de una banda local.
El martes 25 comenzaron las lecturas temáticas referentes a la sublevación en el arte. Después se presentó la novela histórica "El Tigre del Nayar", de la excelente narradora Queta NavaGómez. Las lecturas de la tarde fueron ofrecidas en el patio central de la Presidencia Municipal, frente a la plaza de Tepic. Al terminar dio comienzo la Orquesta Juvenil de Cuerdas del Ayuntamiento. Esa misma noche, el escritor y editor Roberto Hurtado, organizó una lectura en un pequeño bar bohemio en coordinación con el Festival Palabra en el Mundo, que se llevó a cabo esos días en distintos países del orbe
El último día finalizamos las mesas de textos insurgentes para después atender la conferencia Poesía Insurgente de México, que impartió atinadamente el escritor Jorge Souza. Finalizamos en una comida de despedida en la Alameda, y después unas ballenas en casa de América. Por la tarde ya veníamos de regreso a Guanatos.
Un abrazo grande a Francisco Rangel y a Roberto Hurtado, ambos de Guanajuato. A Mónica Macías y Mauricio Moncada de Zacatecas, por los buenos momentos. A mis compas de GDL, Pepe Ruiz Mercado por la compañía; a Marco Antonio Gabriel y Eliana por todo, a Jorge Souza por el aventón de regreso a la ciudad y por la charla. A los nayaritas Oscar, René Morimoto, Elena, Carlos, Samanta, Gloria, Antonieta Bimbela, al enorme Rodolfo Dagnino y la Tregua por la buena música, a Erik por la hospitalidad y a su chava por los clamatos (les debo un vaso, luego se los hago llegar, lo prometo). Al Arturo Escobedo, al Ramses, al Sádico, a Larissa, a Fabiel. A mi hermanito Mariano Espinal por todo su amor a la poesía de esa larga noche. A todos los que me trataron con una hospitalidad incomparable.


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