viernes, 20 de agosto de 2010

Actividades Literarias en Tepic

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Del 13 al 15 de este mes, impartí un taller intensivo de cuento en la ciudad de Tepic, Nayarit, tierra del nanchi y hogar de millares de camarones. Invitado por el colectivo del taller la Jerga de aquella ciudad, aproveché la vuelta para realizar algunas actividades literarias que ahora mismo me encuentro describiendo.

Llegué el viernes a las 3 de la tarde, hora de Tepic (que mi hora biológica estuvo ausente ese fin de semana) a la central, donde esperé por unos minutos a quienes me recogerían para empezar el taller ese mismo día. Óscar López y Elena Castillo, ambos integrantes del taller de la Jerga, ambos egresados de filosofía, ambos dispuestos a continuar con sus estudios del otro lado del océano y ambos conducto de quienes recibí la invitación del resto de La Jerga, llegaron para llevarme a comer mientras se hacía la hora de comenzar, que estaba planeada ser a las 4 de la tarde. Tras una comida breve y saludable, entiéndase un platillo chino con cacahuates y gengibre en una plaza comercial y tras un breve intercambio sobre el gentilicio correcto de Tepic, nos disponíamos hacia el lugar en el que se coordinaría el taller, un pequeño bar ubicado junto a la catedral de Tepic, en el segundo piso, con vista completa hacia la plaza. Lo que no contábamos esa tarde era que el gobierno estaría enchulándoles (no la máquina) precisamente la plaza, así que las monstruosas escabadoras y los hombres callados domando sendos aplanadores manuales no nos permitían ordenar en voz alta una cerveza, o mucho menos oír ni lo que según estábamos pensando. Asi que decidieron cambiar la sede. Ya reunidos alrededor de algunos 10 compañeros y compañeras, nos fuimos hacia el Centro de Arte y Cultura de Tepic, que sería ya la sede oficial para los siguientes dos días. El taller trató principalmente de los elementos formales del cuento, de su estructura y composición; además de algunos otros temas que fueron surgiendo ya en la marcha tepicense.

En este punto me detengo para decir que en los tres días que estuve en Tepic no logré aclimatarme debidamente. Hacía un calor casi extremo, de esos como de humedales a la vera de autopista federal, como de playa. Era el equivalente de la lluvia mojapendejos, que no te da completamente pero que todo el día lo traes encima, haciéndote sudar como chancho a las brasas.

Terminado el primer día de taller, Óscar, Elena, yo y algunos compañeros de la Jerga (por no decir todos) viajamos a un bar no céntrico pero cercano /da la impresión de que todo está cerca en Tepic/ llamado El Golden, donde presentaríamos en esas horas de la noche, el primer número del relanzamiento de la revista literaria Liliput: pequeño universo literario, a la que estábamos invitados a participar el Sergio Fong y el seguro servidor de alguien. El local se abarrotó completamente pues al terminar la presentación tocaría la aclamada banda local La Tregua. El enorme Erick Valtierra y Rodolfo "Popo" Dagnino me habían invitado a realizar una lectura de poesía junto a la Tregua, siguiendo los usos y costumbres en que ellos trabajan con el arte. La presentación trató sobre el papel de las revistas literarias en la sociedad, la historia de Liliput y demás comentarios. En los bancos del presidium estuvimos Sergio Fong, Rodolfo Dagnino y yo. Erick se tuvo que ausentar por razones imperantes. Después comenzó La Tregua. Por espacio de algunas siete canciones alternábamos ellos una rola y yo la lectura de una obra poética. Aunque ni el espacio ni el público eran los adecuados para esta mancuerna, la presentación fue un lujo cortesano gracias a la calidad soberbia de los músicos de La Tregua y a algún despistado que, solo, ante su cerveza medio vacía ponía atención en lo recitado, los demás estaban con su cotorreo. La Tregua, como lo dije en otra ocasión en este mismo blog, es una banda que conjuga una excelente interpretación instrumental con poemas de algunos de los consagrados de la poesía latinoamericana; en un concepto que creo va a dar mucho por la calidad y creatividad de la banda.

Y llegó la hora macabra, la pérdida total de los estilos. Un grupo nutrido de escritores, músicos y agregados nos fuimos al estudio de la banda de Óscar Daniheri. Estuvimos por allí dándole a la noche por espacio de... bueno, como hasta las cinco de la mañana. Se cantó, se leyó poesía y cuento, se brindaron risas y abrazos; y el eco de esas voces me siguió por varios días. En algún instante, Sergio Fong me ofreció quedarme por esa noche en casa de su suegra allí en Tepic. Tras un viaje esta vez sí físico llegamos a la casa donde la familia de Sergio me había preparado, de la forma más fina y atenta, una habitación donde pudiera yo dormir y rodar en cama dentro de las pocas horas que faltaban para continuar con el taller de la Jerga.


Primer Día de Taller

Ya entrados en materia

Sergio Fong, Rodolfo Dagnino, mzp.

La tregua

Intervención con La Tregua

Él es el poeta René Morimoto

Óscar López en la faceta tecno

Lectura de madrugada

De nuevo Sergio Fong, el poeta Rodolfo Dagnino y yo, ahora al alba

El sábado comenzó en casa de la suegra de Fong, donde sus hijos pasan las vacaciones. Tras un desayuno cortesía de la cuñada del Teclas, tomé un taxi que me llevaría al café Luna, donde tendríamos por la mañana la sesión de taller. Si Tepic tiene algo que llama la atención del viajero son los precios de los taxis (ridículos en comparación con Guadalajara donde te cobran hasta por pararlo a preguntarle cuánto te cobra por un traslado). Esa mañana un risueño taxista manejó de un extremo de la ciudad hasta el otro sólo para cobrar, lleno de orgullo laboral, veinticinco pesos. Fui el primero en llegar al café, incluso antes de las 11 de la mañana, hora señalada para activarnos. El concuño de Sergio Fong me había dicho, durante el desayuno, que si iba al café luna que pidiera un café local para probarlo. Nayarit es un estado que produce principalmente 3 cosas: caña de azucar, tabaco y café. Este último sí tiene un sabor distinto al producido en Chiapas, Veracruz o Oaxaca, estados cafetaleros por excelencia; mas francamente en mi gusto no les pide nada a ninguno. En el transcurso de 45 minutos, en los que por fin terminé con la edición del clásico de Steinbeck Grapes of Wrath (Las Viñas de la Ira, en esta traducción) fueron llegando el resto de los integrantes del taller. En dos horas de labor intensiva, atendimos a la clasificación de los personajes y ejercitamos la descripción de los mismos y de los espacios haciendo uso del adjetivo, el epíteto, la metáfora y el símil.
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Ya a las dos de la tarde, cuando el café cerraría para la hora de la comida, llegó Rodolfo Dagnino, con quien nos fuimos René Morimoto y yo a un tradicional centro botanero a las afueras de la ciudad. Ya estando allí y un poco más tarde nos acompañó Elena Castillo, charlamos principalmente de la situación que atraviesa Tepic en el campo de las letras, sobre todo en ámbito institucional. Con un solo cartón de cervecitas, de esas pequeñas, como ampolletas de vacuna viral, que en realidad nos hicieron lo que el viento le hacía al peinado de Juárez, el local nos sirvió todos los camarones del universo entero, los habidos y los por haber. Ese fue mi primer contacto con la generosidad camaronil tepicense. Te dan camarones como si los cortaran en árboles de traspatio. Te dan camarones como si en realidad quisieran deshacerse de ellos y para siempre. Rellenan camarones con camarones y te los arrojan a enormes platos desde donde todo mundo los toma más con desenfado que con las ansias a las que te acostumbra la perla tapatía. Y en estos menesteres se nos fue la tarde.
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La sesión vespertina del taller sería de nuevo en el Centro de Arte y Cultura de Tepic. Allí le dimos a la tallereada hasta las siete de la tarde, momento en el que presentaríamos "El Impulso de Tocarlo Todo" en el mencionado bar ubicado junto a la catedral. El sitio fue conseguido gracias al esfuerzo de René Morimoto, poeta y gran amigo de Tepic, asistente al taller. Aunque no fue la mejor de las presentaciones debido a algunas fallas técnicas, estuvo okey: Rodolfo Dagnino hizo introducción del libro con un texto llamado Mario Z Puglisi: Nómada del Asombro, después hicimos lectura de algunos poemas y terminamos en una breve tertulia poética. La noche comenzaba a entrar por el balcón. Rodolfo y yo habíamos sido invitados a asisitir esa noche al cumpleaños de Alba, pareja del poeta hondureño Mariano Espinal, que se celebrarían en un lugar cercano a Tepic llamado Camichín de Jauja.
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Llegamos a la fiesta cuando ya se había terminado el puerco, quedaban pocas cervezas y el garrafón de agualoca (o rosa como le decían ellos) veía las últimas; los pocos asisitentes que quedaban gastaban la voz en una rocola con cientos de canciones. Mariano, Rodolfo, yo y algunos amigos más, estuvimos hablando de diversas cosas, escuchando el tributo a Pablo Neruda. Cuando ya todos habían inexplicablemente desaparecido, Mariano y yo ladeamos las últimas cervezas charlando sobre el carbón y los diamantes en la poesía. Ya entrada la madrugada, Mariano tuvo el acierto de buscar de entre los escombros algo para comer. Entonces la mamá de Alba, a quien le quedo en serio agradecido por la hospitalidad tan sincera, se dispuso a prepararnos la mejor machaca con huevo que mi paladrar ha probado jamás. Entonces, ya cenados y trasnochados, nos fuimos a dormir.
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Segundo día de taller con la Jerga
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Algunos de los compañeros
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Rodolfo presentando El Impulso de Tocarlo Todo
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Un momento de la lectura
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René Morimoto


El domingo también me despertaron temprano para desayunar. Otra taza de café para remediar lo remediable y una ligera caminada para conocer el solar donde se ubica la casa de los padres de Alba, ya con luz de día. Reconocida la casa, fui invitado por Don Luis, papá de la festejada, a cortar unas tunas moradas para probarlas. Las tunas fueron toda una experiencia, no sólo por el sabor tan refrescante sino porque terminé con los dedos y la boca todos aguatados (aguates son esas diminutas espinas que tienen algunos cáctus para defenderse de sus predadores, entre ellos el hombre).
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Llegada la hora, Mariano se ofreció a darme un aventón a la ciudad para concluir con el taller que tenía por esos sitios. De nuevo fuimos de los primeros en llegar aunque ya estábamos atrasados. Afortunadamente el resto de los compañeros llego tras de nosotros con total rapidez. El taller terminó de manera satisfactoria. Los asistentes todos estuvieron siempre interesados en lo compartido y mostraban un sincero deseo de irse haciendo de lo necesario. Y entonces, por fin, llegaba el momento de despedirse, pero con la promesa de darle continuidad a lo experimentado a través de la creación literaria, que es en realidad el terreno donde nos encontramos todos.
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De regreso a casa de Alba, su familia ya estaba reunida para seguir con la celebración. La tarde se nos hizo de ceviche, más camarones, un supremo pargo sarandeado y cerveza para matar el calor. Poco antes de regresar a Guadalajara se desató el más amable de los aguaceros, cosa que refrescó tanto la tarde como el viaje de vuelta. A las seis, hora de Tepic, tomamos la carretera de regreso. Eran las 10 cuando paramos en un ox xo por unas indios que nos acompañarían un rato. Estábamos ya a una cuadra de casa de Mariano y Alba. El viaje por fin había finalizado.
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Entonces, aprovecho este espacio para agradecer a todos los chavos de La Jerga: a Óscar, Elena, Lourdes, Andrés, Mario, Ramses, Fabiel, Miguel Ángel, Antonieta, Larissa, Blanca, Cinthia, Octavio, Aztlán, Carlos, Samantha, René, Ulises. A los armadores de Liliput, al enorme Rodolfo Dagnino Mondragón, al excelente Erick Valtierra y a Caty, que no nos pudieron acompañar físicamente. Al buen René Morimoto por la disposición, la amistad y el respeto profesado. A Sergio Fong por el cantón del viernes. A Mariano y Alba por todo lo compartido. A los padres de Alba por ser de esas personas que siempre se quedan en el recuerdo. Y en general a todos. A todos.

Último día del taller intensivo
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Tepic visto desde Camichín de Jauja
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Las tunas moradas, no pitayas
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El famoso sarandeado de Nayarit
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Atejonado



Viernes 13

Sábado 14

Domingo 15

miércoles, 18 de agosto de 2010

martes, 10 de agosto de 2010

sábado, 7 de agosto de 2010

Presentación de Liliput en Tepic, Nay.

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.Presentaremos la revista "Liliput: pequeño universo literario" el viernes 13 de agosto en la ciudad de Tepic, Nay. El espacio será el Restaurant-Bar Golden, ubicado en Guerrero #128 sur; la hora: 7 de la tarde. Tras la presentación disfrutaremos de la banda de rock blues La Tregua.

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El Impulso de Tocarlo Todo, en el Ex Convento del Carmen, Guadalajara, México.

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Fotos de la presentación de "El Impulso de Tocarlo Todo" en el Ex Convento del Carmen, espacio dedicado al arte y las letras de la Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco, en Guadalajara, México. Me acompañan en la mesa el poeta Mauricio Ramírez, el editor Marco Antonio Gabriel y el escritor Dante Alejandro Velázquez. Agradezco a todos los asistentes.
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Cartel de El Impulso de Tocarlo Todo en el Ex Convento del Carmen, Guadalajara, México.

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