Del 23 al 28 de octubre, Hadia Farfán, mi amiga preciosa, me invitó a realizar una serie de presentaciones y lecturas públicas y en medios en el norte de la Baja California. Así, el viernes 23 presentamos "El Impulso de Tocarlo Todo" en el jardín del Instituto de Cultura de Baja California (ICBC), frente a una audiencia que me tuvo leyendo la obra por casi dos horas; y si no es porque casi terminé todo el libro, hubieran seguido pidiendo por más y más. El sábado 24 nos fuimos a Ensenada donde visitamos, aparte de la zona del malecón, el inicio de la ruta del vino. Estuvimos en un lugar, bastante recomendable, llamado Gusta ProbArte, donde Gaby y Javier nos atendieron como auténticas celebridades, además de darnos el mejor Cabernet que he probado hasta estos días. El domingo 25 descansamos, todo el día frente al mar. El lunes 26 visitamos algunas escuelas. El martes 27 estuvimos en una secundaria por la mañana, además de estar en el programa de radio "Letras al Aire", a las 6 de la tarde en Síntesis T.V, canal local de televisión, en un programa conducido por Rocío Galván, y terminamos en un CBTIS, donde desafortunadamente los chicos ya se habían ido. El miércoles 28 regresé a la ribera de Chapala. Quiero dejar un abrazo firme a las lunas de Tijuana: Hadía Farfán, Moony Morales y Sharon Vázquez por las atenciones y todo el cariño.
Los dejo con la presentación que hizo Mony Morales de mi libro y con algunas fotos.
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El Mar de Playas de Tijuana
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- Yo con las Lunas
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-En la presentación -
-Presentación en el Jardín del ICBC
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Con Mony Morales y Hadia Farfán
- -Presentación en el Jardín del ICBC- -
Presentación en el Jardín del ICBC- -El Mirador llendo a Ensenada
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El Mirador -
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- Calle en Ensenada
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Comiendo tradicionales Tostilocos
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-Catedral del Centro de Tijuana- -El arco representa la entrada a México por la frontera norte.
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En la Radio
- El Impulso de Tocarlo Todo significa para mí el primer encuentro con las letras de Mario Z Puglisi. Encuentro afortunado y generoso ya que recibo el compendio de diez años de su producción poética marcada por el ímpetu genuino y voraz por leerse a sí mismo y a su entorno; es decir, experimentarlo, tocarlo, digerirlo todo y verterse luego sobre la hoja en blanco.
Ah, si la poesía pudiera beberse. Si fuera la infusión etílica que tibia el paladar y libra la conciencia de prejuicios y cegueras.
Poemas-sándalo de aroma profundo que inflaman los pulmones de sabiduría y despierta el alma del letargo en que persiste.
El impulso de Tocarlo Todo es bitácora de viaje, memoria histórica de un escritor que observa y se asombra. Y de la mano nos lleva a los parajes de su curiosidad, de su dicha y lucidez; de sus miedos, sus búsquedas y desencantos. Es posible a través de él recuperar los instantes y la magia de su tierra, su gente, su lago, sus amores y sus lunas.
Sin embargo acepto que cambiamos cada siete lunas
siendo crecientes, menguantes, llenos y nuevos en cada ciclo
goteando en el medio del árido desierto,
segando la siembra,
los huertos de la indiferencia.
Ambos sabemos, ambos lo sabemos.
Z Puglisi escribe, y es su poesía un reclamo necesario, una crítica certera, un dedo en la llaga; sin embargo también es un canto, un óleo sonoro en gramas, la estampa de pescadores en el lago, retrato hablado de cuerpos envueltos en arena y mar, convulsa caricia, incitación nocturna.
Imagino una noche cálida en un sucio hotel
a las afueras de tu cuerpo,
en la próxima profundidad de los vientos;
a la espera de la procesión
que trae consigo un arrebato de tu sexo.
Z Puglisi tiene un ritmo propio, sus letras marcan el compás de un estado de ánimo, de una intención, de una búsqueda. En algunas líneas nos detiene. nos amarra y nos sacude; en otras nos desliza suavecito y nos sorprende con un cambio de renglón. A veces, de ser necesario, es profuso en argumentaciones; y con sencillez contundente puede, en otras, mostrar imágenes que cimbran.
Nuestra salvación, como siempre, será
el patrullero espacial,
el infierno y los francotiradores parapetados
en el cielo,
los palos de la cerca, el alambre de púas,
la sangre diluida en las retinas,
que no nos deja ver más allá de la nariz,
que me mantiene reacio, acercándome a la ciencia,
que me mantiene cayendo violentamente,
tropezando todo el tiempo,
de sarcasmo en sarcasmo,
la ironía se apodera de mi sistema inmunológico,
aumentando mi temperatura, provocándome
intensos vómitos, escalofríos,
llagas en todo el cuerpo, dolor, dolor sobre mi cuerpo,
mi lengua comienza a escupir veneno
de seda sutil entre las raíces de lo nuestro.
Vaya, que de Mario Z Puglisi puedo decir que hay que leerlo, pero leerlo así como a infusión etílica, aspirar profundo sus poemas-sándalo, recorrer sus renglones con voracidad, pero tomándose el tiempo para degustar, con calma sus ideas, sus sentires… su oficio de poeta. Y muy seguramente, al final del viaje, terminarán por compartir con él su impulso por tocarlo todo.
Mony Morales Rocha
Tijuana B.C.
23 de Octubre del 2009