miércoles, 20 de abril de 2011

Crónica del viaje a Puerto Rico. Día 5, viernes 25 de marzo.




El viernes comenzó temprano para los poetas internacionales. Salió nuestro grupo hacia un municipio conurbado de San Juan llamado Toa Baja, las lecturas se llevarían a cabo en el Teatro Julita Ross, alternamos Robert Max Steenkist, Frank Báez y yo con algunos poetas locales de muy buena calidad. Después nos ofrecieron un nutrido desayuno. Regresamos al hostal a tomar un bañador y algunas toallas pues antes de la lectura de la tarde haríamos parada en una de las más impresionantes playas de la isla: la Mar Chiquita. En el transporte de la universidad que nos dejaría en la playa íbamos Robert Max Steenkist, Judy García Allende, nuestra querida Linda Rosa y en un auto aparte iban el poeta Frank Báez y nuestra amiga Quetchandribel. La Mar Chiquita es una formación de coral fosilizado que deja entrar una especie de abanico de agua de mar a una playa de arena fina y un fondo marino de piedra. Tan pronto llegamos y nos armamos de una buena dosis de Medallas (la cerveza nacional de Puerto Rico) nos dispusimos a entrar al mar. El día nos tenía preparada una sorpresa: apenas entramos al mar comenzó una lluvia que ya no nos abandonaría hasta en la noche. Aún así pasamos toda la tarde al abrigo del mar, salimos a comer unos pinchos (brochetas de carne) que vendían algunos locales en la playa y como el transporte no llegaba por nosotros nos montamos apretados en el auto de Quetchandribel recién salidos del mar y nos fuimos hacia la llamada Atenas de Puerto Rico, el tradicional pueblo de Manatí (llamado así porque una vez al año llegan a sus playas los manatís a reproducirse).



En Manatí, la directora del hermosísimo Teatro Taboa nos permitió usar las instalaciones del teatro para bañarnos y cambiarnos. Como toda la ropa estaba mojada por la lluvia tuvimos que salir a comprar unas playeras que orgullosamente portaban la bandera de Puerto Rico. Después nos llevaron a comer algo y asistir a la lectura de la tarde que se hacía en nuestro honor. La cita fue en el Centro Cultural José S. Alegría de Manatí. Leyeron algunos poetas locales que son conocidos en todo el país pues le tienen mucho respeto a Manatí. Tocó nuestro turno. El regreso al hostal, ya de noche estuvo tranquilo. Terminaba un viernes intenso.






Niños recitando en el Teatro Julita Ross, en Toa Baja.
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Compartiendo un rico pincho.
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La Mar Chiquita en Manatí.
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Recién salidos del mar, Robert Max Steenkist y yo.
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Tres poetas en el teatro Taboas, de Manatí.
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Robert Max Steenkist, de Colombia.
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Frank Báez, de República Dominicana.
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Leyendo en el Atenas de Puerto Rico: el pueblo de Manatí.
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Nos engalanó este matrimonio de músicos.



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